LA AYUDA QUE NO ES NOTICIA

08.02.2025

Cada mañana tiene su propio afán. En el amanecer se precisa algo de la presencia de Dios, algo de su presencia de amor. Ninguna mañana resulta igual si la miramos de frente. Contiene la frescura de Dios si desde nuestra humilde mirada contemplamos la vida a ritmo de la creación. Será nuestra alabanza y bendición la que pondrá una nota diferente a la armonía del levantarse, pues con ella hacemos consciente cómo actúa Dios en mi vida.

Muchos seremos señales de su presencia, muchos cubriremos de amor cada encuentro fraterno, muchos iluminaremos el mundo destilando el rocío divino cada mañana.

En la lectura de hoy, en la carta a los Hebreros 13,15-17.20-21. Se nos recuerda cuáles son los sacrificios que agradan a Dios: Hacer el bien y la ayuda mutua.

Últimamente me fijo en pequeños detalles cuando salgo a la calle. Antes no caía en la cuenta de ellos. Ahora cuando salgo lo hago en sillas de ruedas. Se ven distintas las actitudes de los viandantes que me hacen reflexionar en el día de hoy. Por lo general existe una actitud de respeto compasivo antes quienes me ven aparecer, dejan paso para que pueda pasar sin dificultad y procuran ayudar para que mi seguridad sea mayor.,

También hay ocasiones en las que te encuentras atrapado en un nudo. Los que vienen detrás no paran, los que están delante no caminan, los que están cerca de tu presencia se adelantan a mi paso para que yo no sea un estorbo a su ritmo de andar. Es un estrés añadido a la búsqueda de bordillos en las aceras para pasar por el lado más seguro y adecuado a mi actual circunstancia.

Muchos de los viandantes muestran el bien y la comprensión en mi actual situación. Además, procuran ejercer lo que la carta a los hebreos nos pide como sacrificio agradable a Dios: La ayuda mutua. La gente ayuda, y no es noticia. Me resulta admirable lo que la gente te muestra en la calle, aunque a veces no es consciente de quien tiene la preferencia en el paso.

Hay buenas entrañas de amabilidad al paso de mi silla. Hay gestos de solidaridad cuando a veces parece que estorbo en el camino de un viadante. Nadie te hace sentir un sobrante del sistema.

Gracias por permitirme caminar de manera diferente

Fr. Alexis González de León, o.p.