Copia de PEDID CON INSISTENCIA
14.11.2024

En ocasiones nos resultan incómodas las bocas pedigüeñas. Esbrozamos argumentos razonables que justifiquen nuestra forma de vida insolidaria. Alguien tocará con insistencia a nuestra puerta para que se le haga justicia. Ya sea por lo inoportuno de la hora, ya por lo cansino que resulta la cuestión ética de la solidaridad y la generosidad. Actuar según conciencia es más libre que actuar por el hastío, ya que no vislumbramos atisbos de solución. ¿Pero qué ha de hacer el pobre? Pues lo único que puede, seguir pidiendo con insistencia, hasta que alguien le abra la puerta.
Jesús en el Evangelio de Lucas 18, 1-8 nos presenta una parábola. La de la mujer que toca con isistencia la puerta de un juez injusto. Se encara con él para que atienda al clamor de tu voz: «Hazme justicia».
¿quién será la justicia de los pobres?
Pero esta parábola sólo se habla de la pobreza de forma indirecta. Aquí se trata de tener clara la actitud ante Dios en la oración. Se invita al orante a que se dirija a Dios de manera directa, insolente, pertinaz, que la oración ha de ser confiada, insistente, llena de coraje y, sobre todo esperanzada. No puede quedarse en un sentimiento, a cada convicción se ha de confiar y sacar a la luz otra convicción.
Jesús insiste en que hemos de confiar en la bondad de Dios. Que no nos cansemos de pedirle cosas al Padre. Él siempre escucha nuestro clamor y corre veloz para consolarnos, cuidarnos y socorrernos. Él sabe hacer como la justicia tenga un nombre propio.
Fr. Alexis González de León. o.p.